Los cuentistas nicas se vuelven portavoces en bruto de peones y borrachitos, "mercaderas", presos y maestritas o pescadores, resignados mártires o inconformes apasionados, cantando arrechos una misma canción por las calles o junto al lago... Donde la violencia, el alcohol, las drogas o el sexo son los elementos imperativos.
Utilizamos cookies para asegurar que damos la mejor experiencia al usuario en nuestra web. Si sigues utilizando este sitio asumiremos que estás de acuerdo.Vale