Libros de Decrecimiento
¿Cuáles son los mejores libros de decrecimiento?
El concepto de decrecimiento es relativamente reciente. Voluntariamente provocador, es ante todo un eslogan político cuya finalidad es hacernos redescubrir el sentido de los límites. Se trata de subrayar la urgencia de una constatación: el crecimiento infinito de la producción material y del consumo no puede ser sostenible en un mundo finito.
Pero detrás de esta idea de decrecimiento, hay más que una provocación. De hecho, se está gestando una reflexión y un pensamiento. En un proyecto de investigación colectivo, que abarca tanto la economía como la filosofía, la historia o la sociología, intelectuales y académicos de todo el mundo intentan descubrir los principios y los contornos de la sociedad de abundancia frugal que ellos mismos preconizan.
Los posibles caminos del decrecimiento pasan por estrategias y elementos tan diversos como la relocalización de la economía y la producción a escala local y sostenible; la agricultura agroecológica; la desindustrialización; el fin de nuestro modelo de transporte (automóvil, aviones, etc.); el fin del consumismo y de la publicidad; la desurbanización; el salario máximo; la conservación y reutilización; la autoproducción de bienes y servicios; la reducción del tiempo de trabajo; la austeridad; los intercambios no mercantilizados; y un largo etcétera. Por otro lado, las escalas de reflexión e intervención también son múltiples: el movimiento a favor del decrecimiento tiene que trabajar en la articulación de tres niveles de resistencia: el nivel de resistencia individual, la simplicidad voluntaria; el nivel de las alternativas colectivas, que permiten inventar otras formas de vida para generalizarlas; el nivel político, es decir el de los debates y de las decisiones colectivas fundamentales en la definición de la sociedad.
La aportación más interesante es la idea de que Norte y Sur debemos afrontar un futuro difícil y hemos de hacerlo conjuntamente. El decrecimiento nos llevaría a cambiar la manera de conceptualizar la cooperación, pasando de entenderla como un mecanismo de transferencia de recursos y asistencia técnica de Norte a Sur, a concebirla como la colaboración para la puesta en práctica del decrecimiento en el Norte (intercambio de conocimientos y prácticas sostenibles que en el Sur no se han perdido), así como de los mecanismos de compensación y devolución de la deuda de crecimiento.
Uno de los mejores ejemplos de todo esto es la colección «Precursores del decrecimiento», dirigida por Serge Latouche, que plasma el decrecimiento en libros pretendiendo dar visibilidad a esta reflexión en curso y a sus raíces. En todas las épocas, las mentes lúcidas y críticas han fustigado el crecimiento infinito y se han levantado contra la ideología del progreso. El propio Latouche ha vivido en África y aporta sus reflexiones sobre el fracaso al querer implantar allí el modelo de desarrollo occidental, indicando que en África existe un funcionamiento paralelo aeconómico, basado en lo social, las relaciones con la familia, las amistades, la religión, los vecinos, la obligación de dar y compartir, recibir y devolver, etc. las prácticas milenarias de negociación, donación, regateo, intercambio. El propio Latouche utiliza una metáfora para explicar que el decrecimiento no tiene por qué ser negativo: igual que cuando un río se desborda todos deseamos que decrezca y cese la crecida, que las aguas vuelvan a su cauce, lo mismo ocurre con la insostenibilidad de la situación actual. Decrecer no es, entonces, algo negativo, sino algo necesario.
Según Latouche no hay que entender el decrecimiento como una alternativa concreta al modelo actual, sino una llamada de atención sobre los riesgos de la situación que vivimos, un eslogan que agita conciencias, un grito por el cambio. Se plantea el decrecimiento como un paraguas donde poder empezar a deshacer el imaginario común de que el crecimiento es necesario para seguir adelante, un espacio donde desarrollar experiencias alternativas. Y es tarea de todos y todas llenarlo de contenido, decidir cómo debe ser la sociedad del futuro.
La idea del decrecimiento nace de pensadores críticos con el desarrollo y con la sociedad de consumo, entre ellos Ivan Illich, André Gorz, Cornelius Castoriadis o Francois Partant, incluyendo en esta crítica la del fracaso del desarrollo en el Tercer Mundo, con autores como Vandana Shiva, Arturo Escobar, etc.
A través de la presentación de algunas de estas figuras del pensamiento humano y sus escritos, célebres o más confidenciales, los pequeños libros sobre decrecimiento de esta colección entregan de este modo al amplio público, así como a un lector informado, las claves teóricas y prácticas para pensar mejor nuestro tiempo y reencantar el mundo que es nuestro.
¡Una colección que quiere demostrar que el proyecto de decrecimiento no es un regreso a la Edad de Piedra!
Una colección que, sobre todo, desea contribuir al desarrollo de una de las raras corrientes de pensamiento capaces de contrarrestar la ideología productivista que estructura nuestras sociedades actuales.
¡Sumérjase en los orígenes del decrecimiento!